América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar la actual crisis y promover una cooperación internacional renovada

América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar la actual crisis y promover una cooperación internacional renovada

Por CEPAL| Agosto, 19 2021

​​​​​​Altas autoridades de la región participan en Reunión Extraordinaria del Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL inaugurada hoy.

foto de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y Rodolfo Solano Quirós, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica.

América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar la crisis del COVID-19, la cual ha profundizado las brechas estructurales de la región, y para avanzar hacia una cooperación internacional renovada que considere las necesidades de los países de ingreso medio, plantearon representantes durante la inauguración de la Reunión Extraordinaria del Comité de Cooperación Sur-Sur: oportunidades para renovar la cooperación internacional para el desarrollo de América Latina y el Caribe que se realiza de forma virtual.

El encuentro de dos días contó con palabras de bienvenida de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y Rodolfo Solano Quirós, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, país que preside el Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL.

“Esta reunión nos encuentra en un momento trágico”, dijo Alicia Bárcena, al recordar el terremoto que golpeó hace menos de una semana a Haití. La alta funcionaria agradeció las inmediatas muestras de solidaridad desplegadas por numerosos países de la región e informó que la CEPAL ya ha puesto a disposición de las autoridades y el pueblo haitiano todas sus capacidades. “Haití nos necesita a todos y todas”, recalcó, especialmente en este momento de grave crisis sanitaria, económica, social y ambiental.

Bárcena recordó que América Latina y el Caribe representa el 8,4% de la población mundial, pero contabiliza el 21% de los contagios de COVID-19 y el 32,5% de las muertes por esta enfermedad. También ha sido una de las regiones más golpeadas en términos socioeconómicos, con una caída de 6,8% en el PIB en 2020. Aunque se espera un crecimiento en 2021 (5,2%) y 2022 (2,9%), este no será suficiente para recuperar el nivel del producto de 2019 en la mayoría de los países ni el nivel del empleo, especialmente de las mujeres, alertó.

“América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar las asimetrías mundiales”, entre ellas, las relacionadas con el acceso a las vacunas, la concentración de la riqueza, la lucha contra el cambio climático y el financiamiento para el desarrollo, resaltó. Se precisan acuerdos a nivel internacional, regional y nacional para abordar temas como la salud universal, la seguridad climática y la estabilidad financiera, apuntó.

“La cooperación internacional para el desarrollo debe evolucionar hacia un concepto multidimensional para afrontar los desafíos que enfrentan especialmente los países de ingreso medio”, subrayó Bárcena. “El Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL puede llevar adelante propuestas importantes ante los múltiples actores públicos, privados y de la sociedad civil”, dijo.

El Canciller Rodolfo Solano Quirós se unió a las palabras de solidaridad con Haití e instó a la comunidad internacional a redefinir el concepto de cooperación y avanzar hacia una nueva medición del desarrollo, que integre todos los factores que inciden en este proceso -no solo los económicos- y que dé cuenta de las diferentes vulnerabilidades de los países.

“Desde la Presidencia de la CEPAL, Costa Rica ha impulsado el fortalecimiento de nuestros trabajos en materia de cooperación para el desarrollo. Es indispensable que seamos solidarios y que nuestra región hable con una sola voz frente a un mundo que se está reconfigurando de manera profunda”, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica.

“Estamos en un momento óptimo para reinventarnos, para ser protagonistas del cambio”, dijo el Ministro, en referencia a la labor del Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL. “Los hemos convocado para que el mecanismo trascienda y este Comité se transforme en Conferencia”, adelantó, en la búsqueda de una recuperación con rostro humano, verde, inclusiva y resiliente en la región, en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En la misma jornada, Alicia Bárcena dio a conocer las principales conclusiones del borrador del documento Desarrollo en transición. Propuesta de concepto y medición para una cooperación renovada en América Latina y el Caribe, elaborado a solicitud del Gobierno de Costa Rica.

En el estudio se presenta un marco analítico para repensar la medición del desarrollo en países de ingreso medio, más allá del PIB per cápita, y los criterios de asignación de los recursos de la cooperación internacional. Este marco se nutre de tres enfoques: 1) brechas estructurales que propone la Cepal; 2) trampa del ingreso medio; y 3) desarrollo en transición, como un concepto que intenta cambiar la narrativa y que han debatido la CEPAL, la Comisión Europea y el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Durante su presentación, Bárcena llamó a suspender las “graduaciones” de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de los países de ingreso medio durante la pandemia, ya que estos recursos continúan siendo importantes para muchos de ellos y este proceso tiene numerosos efectos directos e indirectos, tanto financieros como no financieros.

América Latina y el Caribe es la región más endeudada del mundo en desarrollo, alertó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. Entre 2019 y 2020, la deuda del gobierno general en la región aumentó de 58,8% a 68,6% del PIB, casi 10 puntos porcentuales, advirtió.

Las nuevas formas de cooperación internacional, especificó, tienen que abordar temas transversales, como la economía del cuidado, la economía circular y el acceso al conocimiento y la tecnología, considerar políticas industriales para crear economías de escala y, sobre todo, ampliar la caja de herramientas, incluyendo el canje de deuda y los fondos climáticos.

Finalmente, Bárcena destacó que “la cooperación debe incluir a todos los países, más allá de su nivel de ingresos; fundarse en los problemas y oportunidades de desarrollo de los países y reconocer sus estrategias nacionales; ser flexible para responder a la incertidumbre; reconocer el compromiso y la participación de los países en transición al desarrollo; garantizar el acceso a financiamiento concesional a todos los países de ingreso medio, especialmente las economías más pequeñas; reconocer la perspectiva regional para fortalecer la cooperación y las posiciones comunes frente al mundo multilateral; y articular los esfuerzos en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de fortalecer, sin dudas, la cooperación Sur-Sur”.

Fuente: https://www.cepal.org/es/comunicados/america-latina-caribe-requiere-posicion-comun-enfrentar-la-actual-crisis-promover

¿Qué implica la recuperación de China para América Latina?

¿Qué implica la recuperación de China para América Latina?

Por Ding Ding y Rui C. Mano | Agosto, 17 2021

(foto: zhaojiankang/iStock by Getty Images)

Los vínculos económicos entre China y América Latina han crecido de forma pronunciada en los últimos 20 años. Por el lado del comercio, China se ha convertido en un socio principal de la región, con cada vez mayores importaciones de materias primas y exportaciones de productos manufacturados. Por el lado de la inversión, China ha emergido como fuente de capital para América Latina; la inversión china se está expandiendo con rapidez desde los recursos naturales hacia otros sectores.

Sin embargo, los factores impulsores del crecimiento económico de China están cambiando, desde el crecimiento impulsado por la inversión al impulsado por el consumo, desde sectores de baja tecnología a sectores de alta tecnología, y desde las manufacturas a los servicios.

¿Cómo afectará este «reequilibramiento» de China a la región? Analizamos el impacto sobre el comercio y la inversión.

Impacto variado sobre el comercio

En general, prevemos que el reequilibramiento de China sea positivo para la región, aunque el impacto será distinto para los países exportadores de materias primas y los países exportadores de otros productos.

La demanda de materiales de China, menos dependiente de las inversiones estatales en infraestructuras de lo que era hace una década, se ha estabilizado. El crecimiento anual de las exportaciones de materiales desde América Latina a China se encuentra en su punto más bajo (aunque todavía positivo).

Una vez que la economía china se reequilibre, prevemos que el nivel general del PIB sufra una caída mediana permanente del 0,1 por ciento en los países exportadores de materias primas. Los países que exportan petróleo o minerales, como los metales, saldrán peor parados. Por ejemplo, en Bolivia, Suriname y Venezuela, el PIB podría caer más de 1 punto porcentual como resultado del impacto sobre el sector extractivo.

Por el otro lado, los países exportadores de otros productos podrían salir beneficiados. El movimiento de China hacia las manufacturas de alta tecnología abre la puerta a que México, Argentina, Uruguay y los países de América Central —que actualmente tienen cierta ventaja comparativa en sectores de producción de bienes como los electrónicos, químicos y textiles— llenen el hueco dejado por la retirada de China de los mercados de productos. Las exportaciones de servicios a China, en particular, el turismo, el transporte y las comunicaciones, suponen oportunidades adicionales.

 

Los competidores de otras regiones también rivalizan por las mismas oportunidades que ofrece el reequilibramiento de China. Estos competidores son los mercados emergentes, como Turquía, Malasia, Vietnam o Polonia, cuyas exportaciones se solapan cada vez más con las de los países latinoamericanos. La fuerza motriz en alza más notable es India, que podría convertirse en un importante competidor para la región; es ya el segundo competidor de Brasil y Colombia, y el tercero de Chile y Perú.

Inversiones crecientes

Las inversiones chinas en América Latina han aumentado de forma sustancial, desde el 12 por ciento en 2014 como porcentaje de la posición de inversión extranjera total de China, hasta más del 21 por ciento solo tres años después. A medida que las inversiones chinas han aumentado, su composición ha cambiado, desde los combustibles fósiles, los metales y la agricultura hacia las manufacturas y los servicios, tales como los suministros básicos, el transporte, los servicios financieros y las telecomunicaciones.

¿Qué impulsa este cambio? Debido al reequilibramiento de China y a que sus inversiones nacionales empiezan a llegar a su punto máximo, las empresas chinas se están expandiendo en el exterior, sobre todo en sectores en los que se ha acumulado exceso de capacidad nacional tras años de sobreinversión. Estos suelen ser los sectores en los que las empresas chinas son más competitivas en los mercados mundiales.

 

Pensemos, por ejemplo, en el sector de la electricidad. El gobierno chino invirtió con fuerza en la producción eléctrica en 2008. A mediados de 2010, sin embargo, el mercado estaba saturado, y las grandes empresas de electricidad del país tuvieron que buscar en el exterior oportunidades de inversión. Al mismo tiempo, los países de América Latina tenían dificultades para satisfacer la creciente demanda de energía, y la inversión china contribuyó a corregir ese déficit.

 

La producción y distribución de electricidad se convirtió en un objetivo importante de la inversión de China. Según las últimas estimaciones de RED ALC-China (la Red de América Latina y el Caribe sobre China), desde 2000, tres importantes empresas de electricidad de China han invertido en 18 proyectos en la región, que en total suman USD 34.000 millones.

 

Sacar el máximo provecho de las oportunidades

La pandemia expuso las vulnerabilidades de las cadenas de suministro mundiales, pero no diversificadas. Las empresas (incluidas las de China) pueden plantearse formas de crear cadenas de suministro resilientes y más flexibles, inclusive mediante la repatriación de la producción a casa o a algún lugar más cercano. Esta regionalización puede beneficiar a los países que son menos dependientes de la inversión extranjera, así como a los que estén mejor posicionados para llenar el hueco dejado por China en el comercio internacional. La COVID-19 también podría dar lugar a una reasignación de recursos hacia nuevos sectores de crecimiento, sentando las bases para que los países latinoamericanos sean más competitivos en mercados nuevos.

Para aprovechar los beneficios de la integración del comercio mundial y de la inversión extranjera directa, los países latinoamericanos deben centrarse en eliminar obstáculos al crecimiento. Es fundamental contar con un entorno macroeconómico estable, perspectivas de crecimiento favorables y marcos institucionales sólidos. Para fortalecer la competitividad de la región en las cadenas de valor mundiales, los países deben invertir en infraestructuras, mejorar la gobernanza, aumentar la integración regional (entre otras cosas, mediante la disminución de las barreras comerciales) y producir productos de mayor calidad.

Los países que son más dinámicos están en posición de aprovechar los beneficios y se abrirán camino entre los retos que presenta el reequilibramiento de China.

Fuente: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=16082