Fintech impulsa inclusión financiera durante pandemia

Fintech impulsa inclusión financiera durante la pandemia

Fuente: Iupana – 12 de octubre 2020

El Covid-19 evidenció que las fintech tienen potencial en términos de inclusión pero también los bancos no se quedaron atrás.

La brecha de la inclusión financiera en Latinoamérica hoy parece encontrar un aliado en el uso de la tecnología, y la epidemia de Covid-19 puso en evidencia esa realidad.

Ante la necesidad de mantener el flujo de los pagos y las transacciones en medio del distanciamiento social, millones de latinoamericanos se integraron al sistema financiero por primera vez este 2020, y muchos lo hicieron a través de soluciones digitales creadas en el ecosistema de la tecnología financiera.

Albo, por ejemplo, un challenger bank Mexicano, ha alcanzado más de 500 mil clientes, gracias a una fuerte adquisición de clientes entre enero y septiembre.

“Considerando el distanciamiento y aislamiento social, lanzamos una tarjeta virtual la cual catapultó el número de descargas de nuestro aplicativo,” comentó Gris Olmedo, jefa de marca de albo.

En la actualidad, solo el 36% de los mexicanos tiene acceso a una cuenta bancaria. Sin embargo, el sector se encuentra en un proceso de desarrollo y aprendizaje en la ‘meca fintech’ de Latinoamérica, donde ya se cuentan unas 441 startup, según el Fintech Radar México elaborado por Finnovista.

Gracias a las nuevas políticas fintech y de inclusión en México, los nuevos servicios financieros están en una fase de exploración y disrupción altamente atractiva para el sector no bancarizado.

El valor anual de las operaciones fintech es de casi 3.060 millones de dólares, con 4.7 millones de usuarios y un crecimiento del ecosistema de un 48%, según el Termómetro Fintech 2019 elaborado por el Banco Santander, Finnovista y Google.

La reciente llegada de fintechs internacionales, cómo Ualá y Nunbank , a México también marca un paso importante en la inclusión, al diversificar la oferta financiera. La propuesta de la empresa argentina es una tarjeta, por lo pronto, de débito, respaldada por MasterCard, sin costo de apertura, mantenimiento, ni mínimo de recarga.

La proyección de Ualá es llenar más de 30 mil nuevas cuentas para fin de año.

Bancarización sin banca

Como Ualá, Rebanking y Brubank están irrumpiendo en Argentina, mientras avanzan en la captación de clientes fuera del sistema tradicional.

Entre enero a abril de este año, los sitios web de fintech lograron un generoso crecimiento de visitantes, versus los bancos tradicionales. El tráfico en el portal de Rebanking creció un 200%; mientras que las visitas en Ualá y BruBank avanzaron entre un 50 y 100%, según la firma de estudio de mercado digital Comscore.

El poder que tienen los servicios que nacieron en forma digital para bancarizar fue subrayado por Francesc Noguera, CEO de Sabadell México, en conversación con iupana. “La bancarización no va a venir a través de los bancos”.

A nivel regional, el panorama todavía tiene capacidad de crecimiento. Solo el 51% de las familias de América Latina y el Caribe (ALC) tienen una cuenta en una institución financiera formal, según el Global Findez de 2017.

“[En Latinoamérica] a los grandes bancos yo no los veo muy preocupados por la inclusión,” consideró Alberto Ratia, CEO de Fintech U, una novel institución educativa enfocada en fintech en México.

“Cuando las nuevas generaciones, en unos años, sean los nuevos dueños de la riqueza, y los bancos no hayan migrado a implementar los mismo canales, estándares y precios que las fintech, correrán el riesgo de desaparecer”, dijo.

No obstante, otros expertos recuerdan que los bancos tradicionales son grandes inversionistas en el ecosistema fintech, y que probablemente el reacomodo financiero que ya se desarrolla en la región vendrá a través de una combinación de soluciones de banca y fintech, pero siempre con la tecnología en el centro.

En Perú, por ejemplo, la apuesta por la inclusión se gesta desde lo público y lo privado, entre bancos y fintech.

Yape del Banco de Crédito del Perú (BCP) aceleró su participación de mercado en el momento de la pandemia. Hasta mayo para ser usuario de la plataforma también se debía ser cliente del BCP o de algún banco aliado, pero pasaron a abrir cuentas a cualquier ciudadano que contara con un documento de identificación, lo que los llevó a tener un ritmo de afiliación de unas 11 mil personas diarias y albergar la aspiración de tener 5 millones de usuarios a fin de año.

El Gobierno peruano, por su parte, está impulsando Cuenta DNI una cuenta de ahorros digital que será habilitada con el Documento Nacional de Identidad (DNI) y un teléfono móvil -incluso de gama baja-, y con la que esperan lograr una bancarización total de la población para julio de 2021.

Ante el cese de actividades económicas producto del Covid-19, el Gobierno inició un plan de subsidios para enfrentar la escena; sin embargo, la baja bancarización generó problemas en el acceso  e incrementó el riesgo de contagio por las grandes aglomeraciones para recibir el bono. Datos locales indican que más del 99% de los peruanos posee DNI y más del 90% de hogares tiene al menos un miembro con un celular.

El instrumento permitirá realizar transferencias a otras cuentas o utilizarla como billetera electrónica. Con la iniciativa, cerca de 14 millones de adultos peruanos accederán por primera vez al sistema financiero formal.

En Argentina un producto similar asistió a la gente que necesitaba abrir una cuenta, cuando los bancos estaban cerrados. En abril, el Banco Provincia, asistido por VeriTran, un proveedor tecnológico de plataformas low-code, lanzó su propia Cuenta DNI, una billetera digital ideada para cobrar el subsidio de emergencia otorgado por el Gobierno.

Con solo cuatro meses en el mercado, Cuenta DNI logró el enrolamiento de 2 millones de argentinos, con un 70% de usuarios nuevos, que es su gran mayoría no estaban bancarizados.

El producto de Banco Provincia agrupa funcionalidades como envío de dinero, retiro de efectivo, pago sin contacto en comercios, recargas de telefonía móvil y servicio de transporte público. Además de ostentar un onboarding 100% digital.

Protagonistas de inclusión: Del Covid-19 al Open Banking

El Covid-19, sin lugar a dudas, está acelerando los cambios en el comportamiento financiero de las personas, una oportunidad muy grande para el ecosistema que debe ser atendida con miras hacia una mayor inclusión en la región. Para los expertos, las fintech han sido, hasta el momento, el sector que mejor ha movido sus fichas durante la agresiva temporada de la pandemia, pero aún hay muchos capítulos por recorrer, aseguran.

El próximo capítulo podría venir protagonizado por el Open Banking, que permitirá la apertura de los datos de los clientes a nuevos jugadores financieros, que podrían ser bancos, fintech o incluso gigantes Big Tech.

“La forma de impulsar a la inclusión financiera, no solo en el Perú, sino a nivel regional, es el Open Banking”, explicó a iupana Luis Barragán, especialista en servicios financieros y transformación tecnológica, de la consultoría de estrategia y operaciones Big Data Perú.

En este sentido, los cambios regulatorios que se desarrollan en Latinoamérica posiblemente obligarán a los bancos a buscar soluciones rápidas en espacios colaborativos con fintech. En Chile, con la nueva ley de portabilidad financiera y en México con la Ley Fintech, se está generando una tendencia que podría invitar a grandes firmas a buscar mercados fértiles en la región.

“Como los mejores clientes de los bancos, al día de hoy, todavía no se van, pueden darse el lujo de vivir confiados con un antiguo modelo de negocio”, consideró Ratia, de Fintech U, explicando que no necesariamente esta realidad se mantendrá en el futuro.

“Un banco podría convertirse en una excelente fintech, siempre y cuando se dé cuenta que existe esa oportunidad”, agregó.

No obstante, todos los actores concuerdan que falta mucho por ver de la etapa pandémica, y post-pandémica. La economía latinoamericana se contraerá un inédito 9,1% al final del 2020, según estimaciones de la Cepal.

Incluso startups que están generando ruido en la industria, como albo, han tenido que reajustar sus expectativas. Aunque la alta penetración de smartphones en México supera el 90% y el efecto pandémico impulsó una mayor adopción de servicios financieros digitales, Olmedo confesó que han visto necesario ajustar las métricas de conversión de cara hacia fin de año.

“Obviamente, la pandemia ralentizó todo, más aún si tienes en cuenta que el 80% de los mexicanos se vio afectado en sus ingresos. Seguimos creciendo, pero somos más conservadores”, dijo la representante de albo.

Las autoridades impositivas pueden ayudar a las pymes a enfrentar la crisis derivada de la COVID-19

Las autoridades impositivas pueden ayudar a las pymes a enfrentar la crisis derivada de la COVID-19

Fuente: WordBanck – 26 de octubre 2020

Las pymes desempeñan una función crucial en la economía mundial, en particular en los países en desarrollo. En muchos de ellos, más del 90 % del total de empresas son pymes, por lo general con menos de 250 empleados, y una gran proporción de estas pueden clasificarse como microempresas, con menos de 10 empleados, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT). Si bien la mayoría de las empresas de todo el mundo experimentan dificultades en el contexto de la COVID-19, las pymes son particularmente frágiles y tal vez carezcan del efectivo suficiente para sostener sus operaciones. Los datos recientes muestran que el 58 % de las pymes activas experimentó una reducción en las ventas en relación con el mismo mes del año pasado. Más de la mitad (el 51 %) informó caídas en las ventas que superan el 50 %, y muchas de ellas no han sobrevivido.

Fuentes: Informe Global State of Small Business Report: Wave III Update publicado por Facebook y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el Banco Mundial.

Nota: La oleada III se llevó adelante entre el 24 y el 30 de julio de 2020 y refleja las opiniones de más de 25 000 propietarios, gerentes y empleados de empresas de más de 50 países. La oleada I de la encuesta se realizó entre el 28 y el 31 de mayo de 2020, y la oleada II, del 24 al 30 de junio de 2020.

Las autoridades han adoptado diversas medidas para aliviar las presiones generadas por la pandemia, entre las que figuran la postergación del pago de impuestos o de contribuciones a la seguridad social, la extensión de los plazos para presentar declaraciones impositivas, la reducción de tasas, la exención o cancelación de pagos tributarios, la condonación de los intereses o de las penalidades por pago atrasado y el procesamiento rápido de los reembolsos.

Si bien la mayor parte de las medidas normativas y tributarias son aplicables a todo tipo de empresas, algunas están específicamente dirigidas a las pymes y podrían ofrecer un alivio significativo a los problemas de liquidez a corto plazo , así como reducir la carga que supone el cumplimiento. Por ejemplo, Corea del Sur bajó el impuesto sobre la renta de las sociedades para las pymes de zonas consideradas de desastre y recortó el impuesto al valor agregado (IVA) de las empresas pequeñas elevando el umbral para el registro en el IVA. Hungría, por su parte, aceleró los reembolsos del IVA a las pymes de modo que puedan recibirlos a los 30 días de presentar la solicitud en lugar de a los 75.  En Nueva Zelandia, el umbral para el pago de un impuesto provisional se elevó a los NZD 5000 (5000 dólares neozelandeses) a fin de reducir la presión sobre el flujo de caja de las empresas pequeñas. Italia implementó 278 medidas entre el 5 de marzo y el 22 de abril referidas a seis áreas generales, entre las que se incluyen el alivio tributario y disposiciones sobre financiamiento con las que se busca respaldar a las pymes y su fuerza laboral.

A pesar de estos esfuerzos, y aunque muchas economías están reabriéndose, algunas enfrentan una segunda ola de la pandemia. Asimismo, numerosas empresas siguen teniendo dificultades para generar rentabilidad y podrían correr riesgo de insolvencia. Es fundamental llevar adelante una planificación estratégica tanto en lo que respecta a la política tributaria como a la administración fiscal para ayudar a las empresas a recuperarse, en particular a las pymes. 

Muchos Gobiernos han adoptado medidas normativas decisivas para ayudar a las pymes a largo plazo. Chile, por ejemplo, redujo la tasa del impuesto sobre la renta de las sociedades del 25 % al 12,5 % para las pymes en los ejercicios de 2020, 2021 y 2022. En Japón, en el caso de las pymes, la carga del impuesto a los activos fijos y el impuesto a la planificación urbana que se cobra sobre los activos amortizables y los edificios de las empresas se rebajó a la mitad o a cero durante un año del período impositivo para 2021. Australia extendió hasta el 31 de marzo de 2021 el subsidio del 50 % a los salarios otorgado a las pymes elegibles, y amplió el alcance de este beneficio para incluir más empresas medianas, con menos de 200 empleados.

El ámbito de la administración tributaria ofrece margen para incrementar el apoyo a las empresas pequeñas.  Por ejemplo, la pandemia ha generado demanda de servicios de administración electrónica. A la vez que aceleran la disponibilidad de los servicios electrónicos para los contribuyentes, las autoridades podrían invertir en infraestructura informática a fin de posibilitar una mayor automatización e incrementar las capacidades digitales y de gestión de riesgos. Asimismo, muchos países han introducido enmiendas o nuevas cláusulas en leyes y regulaciones ya existentes con el objetivo de respaldar a las pymes (como Guinea Ecuatorial y Chile); esto requerirá que los Gobiernos se comuniquen de manera eficaz con las empresas para que puedan maximizar los beneficios de estas normas. El Servicio de Impuestos de Georgia brinda asistencia a través de una línea telefónica directa establecida durante la pandemia para responder todas las preguntas referidas al estado de emergencia y las nuevas normas. Lituania, por su parte, ofrece apoyo a personas y empresas que hayan tenido dificultades financieras debido a la COVID-19: se aplica el principio de «ventanilla única» a las solicitudes recibidas por el organismo de administración tributaria o la Junta Estatal del Fondo de Seguro Social (SODRA).

La autoridad tributaria también puede asumir nuevas responsabilidades para apoyar las medidas más generales adoptadas por el Gobierno y contribuir a abordar el impacto de la pandemia de COVID-19. El Gobierno israelí ha dado subvenciones a las pymes para que logren cubrir los costos fijos que no pueden reducirse, y la Autoridad Tributaria Israelí participó desde un inicio en el diseño de esta política, utilizando los datos disponibles en sus sistemas. Específicamente, el modelo divide a las empresas pequeñas en tres grupos (en función del volumen de negocios registrado en 2019) y establece una «clave de asignación» para determinar las tasas de compensación de los distintos grupos. De este modo, se fortaleció el sistema de subvenciones y se garantizó una implementación sin inconvenientes.

Dado que los organismos de administración tributaria tienen acceso a los datos de una enorme cantidad de contribuyentes, tienen capacidad para procesar y analizar información estadística que puede resultar útil para diseñar medidas económicas dirigidas a sectores específicos. En Portugal, la autoridad tributaria brinda información sobre los contribuyentes a otros organismos gubernamentales para ayudarlos a identificar a quienes cumplen las condiciones para recibir subsidios. También ayuda a otras entidades a evaluar las mermas en los ingresos de los contribuyentes para que puedan beneficiarse de la reducción en el pago de los alquileres, cuando corresponda. Este tipo de colaboración entre distintos organismos gubernamentales y el intercambio de información interna puede respaldar estos procesos. No obstante, cabe mencionar que el ente de administración tributaria debe considerar los riesgos vinculados con la protección de los datos y la privacidad, y debe consultar con las autoridades pertinentes de esta área acerca del intercambio de datos de terceros.

Al mismo tiempo, las autoridades fiscales deben también monitorear y analizar continuamente el impacto duradero de la crisis. Las economías están mostrando caídas abruptas en los ingresos fiscales debido a la desaceleración del crecimiento económico y a la aplicación de políticas tributarias tales como el aplazamiento de los pagos o la reducción de las tasas impositivas. A corto plazo, estas políticas podrían ayudar a las empresas a resolver sus problemas de flujo de efectivo y a sobrevivir, pero es posible que a mediano y largo plazo las autoridades deban elevar cuidadosamente los ingresos fiscales para allanar el camino a la recuperación y mejorar la resiliencia de la economía. Puede también cambiarse el enfoque, de modo de dejar de lado el suministro de asistencia para centrarse en el fortalecimiento de la capacidad con miras a adaptar la economía a las nuevas demandas que surjan tras la pandemia. Quizás sea necesario, además, reconsiderar la estructura tributaria actual, rediseñar las políticas fiscales y ampliar el sistema tributario digitalizado.

Con el apoyo adecuado, las pymes podrían impulsar significativamente la recuperación económica. Los Gobiernos pueden aprovechar esta oportunidad (y propiciar la sostenibilidad fiscal a largo plazo) con las iniciativas tributarias adecuadas. Las autoridades impositivas, en especial en los países en desarrollo donde el sector informal es más grande, pueden desempeñar una función importante evaluando y monitoreando las necesidades y los desafíos de las pymes,  y brindándoles el apoyo que necesitan.